En
el mundo organizacional de hoy día se oyen con mucha frecuencia expresiones
que tal vez ayer ni siquiera se
imaginaban. Entre esas expresiones figuran las siguientes: “La gente es
nuestro capital más preciado”; “Nuestra estrategia está basada en el
conocimiento”; “Las personas son todo lo que poseemos”; “Nuestra
estrategia está basada en el manejo del capital humano”; “Hemos
aprendido a manejar el capital intelectual”; “Aplicamos la inteligencia
emocional en los procesos de liderazgo y gerencia”. Sin embargo, el
resultado de investigaciones muy serias en el ámbito organizacional ha
demostrado que los miembros de la estructura
informal es que no se sienten tratados como si en realidad fuesen el
capital más importante dentro de las organizaciones y que por otra parte en
un alto porcentaje de las empresas los
conocimientos que poseen ni se
comprenden ni se emplean. Tal
vez esto está sucediendo en el mundo empresarial, debido a que un número
considerable de los líderes de esas organizaciones son expertos en
administrar el capital financiero y tecnológico y, todavía no han
aprendido a gerenciar el capital intelectual, por cuanto no conocen a
ciencia cierta el significante de dicha expresión.
El mexicano L. Valdés, conceptúa el Capital Intelectual de la siguiente manera: “Es todo inventario de conocimientos generados por la empresa y expresado como tecnología: patentes, mejora de procesos, productos y servicios; información: conocimiento de clientes proveedores, competencia, entorno y oportunidades; y habilidades desarrolladas en el personal: solución de problemas en equipo, comunicación, manejo de conflictos, desarrollo de la inteligencia. Todo unido y orientado a crear valor agregado de forma continua para el cliente”. La parte central de la administración del Capital Intelectual está basada en la utilización del conocimiento y de la tecnología para reemplazar cualquier factor clave de éxito del proceso productivo y mejorar el valor de los productos y servicios que ofrece la organización. Sin lugar a dudas que a mayor uso de la inteligencia de parte de la empresa, será más fácil que produzca valor y pueda ser expresado en diferentes formas y actividades. Eso sería la teoría expuesta; pero, la teoría en uso demuestra de acuerdo a los resultados de importantes investigaciones que existe una gran disfuncionalidad operativa entre ambas teorías. |
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También
del resultado de dichas investigaciones se
pudo comprobar que existen
grandes diferencias entre las diferentes organizaciones, en los componentes
de comportamiento, las capacidades y las actitudes de los miembros de la
estructura formal referente a la disciplina y las medidas correctivas de las
políticas empresariales relacionadas con los trabajadores y que
indiscutiblemente estas disonancias tienen una influencia referente a la
solidez en el futuro de las
organizaciones. Además de las anteriores se obtuvieron también las
siguientes conclusiones: 1) Persisten grandes diferencias entre la gente
como activo y los tradicionales como son los activos financieros y tecnológicos;
2) La comprensión de las
diferencias entre los componentes fundamentales reclama una manera
totalmente diferente de pensar y de trabajar e implica un cambio en los
modelos mentales de los dirigentes organizacionales: 3) La ejecución e
implantación de las estrategias corporativas para que sean exitosas deben
ser administradas a través de la gente y 4) Para afianzar una visión
estratégica de personal se requiere la implantación de un proceso de
dialogo y reflexión permanente en todos los niveles organizacionales.
Estas
nuevas realidades como lo es el paradigma del conocimiento reclaman nuevas
reglas del juego, las cuales están cambiando
drásticamente la visión de los líderes empresariales acerca de la
administración de la organización. Entre las nuevas reglas del juego
organizacional figuran las siguientes: a) la mayor parte del valor agregado
en los productos y servicios es derivado del conocimiento e inteligencia; b)
la información como insumo básico de producción; c) la tecnología y la
revolución de los negocios y d) la rapidez en la cual debe moverse la nueva
estrategia empresarial. Por supuesto que cada una de estas nuevas reglas
organizacionales requieren un gran viraje en la forma de visualizar las
empresas y los negocios. Las organizaciones que tengan la capacidad de
entender mejor estas reglas desarrollarán rápidamente sus respectivas
ventajas competitivas y las que las ignoren estarán en franca desventaja.
El
término utilizado como generación de valor agregado vía conocimiento, es
equivalente a lo que algunas organizaciones niponas denominan “chika”
y los norteamericanos
llaman “knowledge-value
revolution”. Independiente
del cual sea el término utilizado se puede concluir en que el conocimiento
es la nueva fuente de generación de riqueza para las empresas.
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